Vestrahorn
La montaña indomable del sureste
Vestrahorn se alza majestuosa en la península de Stokksnes, donde el mar, la arena negra y el viento que barre sin descanso el paisaje volcánico componen un escenario que parece de otro planeta. Ese día, además, las dunas estaban cubiertas de nieve, añadiendo un contraste casi irreal a un paisaje ya de por sí sobrecogedor. Sus picos afilados y dramáticos se reflejan a menudo en las aguas tranquilas de la playa, creando una simetría que hipnotiza a fotógrafos de todo el mundo. Aquí, el paisaje cobra vida con una intensidad única, donde el silencio solo lo rompe el bramido del viento.
Era la zona más oriental que nos habíamos propuesto fotografiar, pero un fuerte temporal nos mantuvo aislados durante día y medio. Cuando ya estábamos a punto de renunciar, decidimos intentarlo para no dejar atrás el enclave más esperado del viaje. Al llegar, una ventisca nos retuvo en el coche más de una hora. Algunos probamos a fotografiar desde dentro con el móvil, buscando capturar algo de aquella escena imposible.
Una tregua breve nos permitió salir y enfrentarnos al reto: el viento impedía clavar el trípode, el aguanieve se colaba por todas partes y cada disparo requería limpiar el objetivo. La niebla lo envolvía todo y las nubes comenzaron a cubrir los picos, obligándonos a marcharnos antes de lo deseado. Aun así, durante unos minutos, logramos fotografiar la montaña más impetuosa que habíamos visto. Fue una batalla contra los elementos, pero también uno de los momentos más intensos y memorables del viaje.
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